Una persona alcoholica puede internarse, incluso rehabilitarse.
Pero en los casos más graves puede sufrir daños en el cerebro entre el 50 y el 80% y pueden ser irreversibles.
Si presenta una demencia alcohólica puede tener dificultades para gobernarse a si mismo.
Si tiene familiares puede perjudicarles no solo en el aspecto económico.
Un juez tendrá que dictar una sentencia para declararlo incapaz.